miércoles, 10 de noviembre de 2010

La imagen de lo chileno y el papel de la televisión

Por Gabriela Artigue

En las últimas décadas se ha transformado la fisonomía de Chile, se han construido puentes y carreteras que conectan todo el país, haciendo más fácil el acceso y la comunicación hacia lugares recónditos, cuestión impensable hace unos años atrás, las ciudades y medios de transporte utilizan cada vez más y de una manera mas eficiente las nuevas tecnologías, el cambio ha sido importante y ésta a la vista ,sin embargo mas profundo aún ha sido la transformación en el interior de las personas, de los chilenos y en la forma en que éstas comparten y se hacen parte de una sociedad.

La manera en que vivimos juntos se ha transformado, ésta sensación que trae consigo la modernidad de hallarse cada vez mas cerca unos con otros pero sintiéndose extraños entre si, la perdida cada vez mas evidente del vinculo social y de lo público, dando paso a la individualización, hace que los valores, ideales, formas de comunicación, entre otros, sufran una constante metamorfosis, y así la identidad y representación social de un “nosotros” sea difícil de describir y plantear.

Con la pasada celebración del Bicentenario de nuestro país cabe a lugar la pregunta de quienes somos “nosotros” los chilenos, debiendo responderse desde el marco del imaginario colectivo de lo chileno, de una construcción cultural de lo típico chileno, pues es a través de esto que el individuo le da sentido al mundo que le es propio y que quiere construir.

Para responder la pregunta planteada anteriormente se debe decir que en nuestro país para la mayor parte de las personas, los referentes colectivos los sentidos y símbolos que constituían la idea de “lo chileno” han dejado de ser verosímiles. Esto es, han perdido validez frente a los cambios ocurridos tanto en las condiciones estructurales del país como en las experiencias cotidianas de los chilenos, esto explicado por una serie de factores.

Uno de los primeros acercamientos a las posibles explicaciones de dicha perdida de la idea de lo chileno se debe a la creciente desconfianza tanto en las relaciones interpersonales como en las relaciones de las personas con los sistemas de salud, previsión, educación y trabajo, ya que dichos mecanismos de seguridad que ofrece el actual "modelo de modernización" resultan insuficientes y causan inseguridad y una sensación en la población de que los recursos y el acceso a éstos son desiguales y no llegan los beneficios a todas las personas.

Otro fenómeno íntimamente ligado al anterior mencionado, es el miedo al otro, ese miedo de que el otro ocupe nuestro espacio privado, lo vulnere y transgreda la relación social racional, por lo tanto el “nosotros” con el cual se identifica la gente, del que se siente parte, en el cual deposita su confianza y con el cual construye sus redes de relaciones, se restringe cada vez más a los círculos íntimos de familiares y amigos. Lo público, esta vez aparece como un espacio ocupado por un "otro" anónimo y, a veces, amenazador, que no puede entrar a mi “nosotros” porque es desconocido y me causa miedo.

Todo lo anteriormente planteado hace referencia a la perdida de los referentes colectivos de lo chileno, como una consecuencia de los cambios acelerados que ha traído consigo la modernización y la escisión entre subjetividad y orden social, toda la desconfianza e inseguridad antes mencionada se ve reflejada firmemente en la débil identificación de los chilenos con la política.

Hoy en día parece poseer una menor relevancia la política hacia las practicas y representaciones colectivas de lo chileno, como se puede ver en lo resultados de la PNUD 2001 donde existiría una menor disposición de los chilenos a posicionarse en el eje izquierda-derecha, así como el rechazo de los jóvenes a inscribirse en los registros electorales y, en general, a participar en la política institucional, así el 70% de los entrevistados no declaran posición política ni haber votado o querer acudir a las urnas, son llamados “no políticos”, por lo tanto sería pertinente pensar que tras años de democracia en nuestro país, el concepto no adquiere una relevante validez para los chilenos.

Lo anterior se puede observar claramente, cuando un tercio de los chilenos encuestados se declara indiferente respecto del tipo de gobierno, y el 18% de ellos estaría de acuerdo con un régimen autoritario (PNUD 2002)-Esto puede tener una estrecha relación con la sensación de inseguridad en los sistemas públicos ,desconfianza que proviene de la idea de que no se están repartiendo recursos equitativamente, de que no todos tienen accesos a los beneficios que entrega el estado ,por lo tanto la desconfianza recae en la política y en sus promesas de mejoras a dichos sistemas.

Un indicador de aquello seria el fuerte sentimiento de impotencia que demuestran los chilenos ya que la Encuesta nacional PNUD 2001 al consultar a sus entrevistados sobre el acuerdo con las siguientes afirmaciones: “La gente con poder trata de aprovecharse de usted” el 63% estuvo de acuerdo, “La gente como usted se siente marginada de lo que pasa alrededor suyo” el 37% estuvo en acuerdo, “La opinión de gente como usted no cuenta mucho en el país” el 65%, “Los políticos están realmente preocupados por lo que le pasa a usted” donde solo el 13% estuvo de acuerdo.

Ahora bien, es aquí donde los medios de comunicación masiva, en especial la televisión juegan un papel importante supliendo la creciente insignificancia de la política, “De manera similar a las ideologías políticas de antaño, ahora la televisión parece brindar a los chilenos las claves de interpretación con las cuales ver y leer sus vivencias”(PNUD 2002).

Por lo tanto, es un referente del imaginario colectivo de lo chileno, de la construcción que hacen los sujetos de la idea de lo nacional, de lo chileno, de la imagen que se tiene de si mismo y de la gente que me rodea, claro ejemplo de esto se dio en el pasado bicentenario donde se trato de cautivar la atención con la idea del roto chileno y de construir un imaginario que no existe aun, o dicho de una manera mejor, se encuentra difuso y confuso.

Mientras los medios de comunicación masiva, en especial la televisión, sigan mostrando dentro de su programación, dentro de la agenda setting, solo lo que “algunos” desean que veamos, excluyendo cierta información importante, la inseguridad en la población crecerá, ya que la realidad y la opinión publica muchas veces no es mostrada como se da, y dicha inseguridad se traducirá en una vaga idea de lo chileno, de lo nuestro, que finalmente queda difusa y flotando en el aire.

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